Siempre en movimiento, nunca quieto

Haz algo, lo que sea, pero haz algo. Tener la mente quieta es la mayor de las depresiones y cárceles mentales.
Hablo desde mi experiencia, porque he pasado por las 2 fases, la de no hacer absolutamente nada y la de querer hacer mil cosas y la vida no da para todo, ocasionándome pequeños ataques de ansiedad, estrés y/o agobio.

Todas las historias tienen un principio, esta empieza allá por Septiembre del 2017. El contexto es que terminé de estudiar un Ciclo de grado superior en Administración y Finanzas en Junio del 2016, en Noviembre de ese año me independicé, y al curso siguiente (2017/2018) quería retomar los estudios en otro ciclo superior pero no me aceptaron la matrícula. En ese mismo año (2017), me fui por otro año a compartir piso con mi mejor amigo. Desde la no aceptación de la matrícula es donde empieza esta historia, ya que es el punto en el que considero que empecé a tirar mi vida, perder el tiempo sin hacer nada. No el anterior, porque aunque no estudié aprendí mucho de autonomía dentro y fuera de casa.

Primer año sin hacer nada, solo jugar y jugar. Al principio bien, pero tanto tiempo libre, siempre haciendo lo mismo, y nada de verdadero provecho, empezó a pasar factura poco a poco. Volví a presentar la matrícula para el mismo ciclo y esta vez si me la aceptaron, es decir, para el curso 2018/2019.
Las 2 primeras semanas fueron muy duras, pero luego cogió ritmo bien durante el primer trimestre. El problema llegó al 2º trimestre (Febrero 2019) cuando se unieron varios factores y me quité del ciclo, por lo que considero/consideraba que otro año perdido puesto que al final no sirvió de nada.

Al mes siguiente de quitarme, conocí a una chica (importante para esta historia) la cual me hacía sentir feliz por un lado, pero por otro sabía que algo tenía que hacer con mi vida, pero no sabía el que. De lo único que podía trabajar me negaba en redondo sin oportunidad a debatir, y mientras tanto yo sin hacer nada y el tiempo pasando y pasando. En Septiembre de ese año (2019) me matriculé en la Escuela Oficial de Idiomas para el A2 de Inglés, a la espera de hacer algo mejor.

Ya todos sabemos que ocurrió en Marzo> del año siguiente (2020)… virus, cuarentena, y todo a la hez. Al principio de la cuarentena estaba muy bien, porque el problema de no saber que hacer se esfumó, ya que lo que debía hacer era nada, esperar a que pasara la cuarentena y disfrutar (más aún) del tiempo libre.
Ay! Qué ingénuo de mí!
Se repite la historia, tanto tiempo jugando y jugando, sin poder salir de casa, pasa factura mental, y entré en una depresión, en mi opinión. Todo me daba pereza, todo me parecía una pérdida de tiempo, pensaba que 1H jugando era 1H perdida de mi vida, pero sin embargo, la misma 1H si estudiaba era bien aprovechada. Leer unos libros que me quedaban pendiente de una saga muy larga fue lo que me ayudó a sobrellevar la cuarentena.
Tenía un rayo de esperanza, puesto que en Febrero, justo antes de la pandemia, me aceptaron el curriculum y empecé con las entrevistas para el sitio donde siempre había soñado trabajar, pero no hace falta que lo repita, todo se paralizó por el dichoso bichito. No obstante, la vida continuaba y mientras sí o mientras no algo había que hacer.

Desescalada de la cuarentena, ¿La recordáis? Fase 1, fase 2, etc. Y ese verano (2020) con mascarillas y mierdas. Si ya estaba mal, peor se puso. Ya os hablé en esta entrada lo que pasó y no voy a repetirme.
Sin salir de casa y pasando por un duelo tan profundo llegamos a Septiembre 2020 donde seguí con el B1 de Inglés. El peor año de mi vida, os podéis imaginar por qué.

Todo cambia radicalmente en Julio 2021 cuando de sorpresa recibo la llamada que tanto esperaba de la oferta de trabajo que empecé antes de la cuarentena. Justo un par de semanas antes había terminado el curso de ONCE para trabajar con ellos y estaba a la espera que me llamasen para firmar el contrato. Recuerdo perfectamente, un Miércoles por la tarde me llaman del primer trabajo, y en menos de 24H me llaman de ONCE para firmar el contrato. Obviamente acepté el primero, que era mi sueño y con ONCE podía volver otro año.

Aquí cambio mi vida 180º desde esa llamada. Corriendo a buscar habitación para mudarme cerca de allí, arreglar papeles para el contrato, aprender caminos, etc. Ya empecé a tener la mente ocupada, a salir de casa, a conocer gente muy interesante, y a hacer algo útil.
El contrato fue 5 meses, en los cuales conseguí salir de ese pozo negro con una experiencia inolvidable y que sin duda volvería a repetir.
Finalizado dicho contrato en Enero del 2022 volvía al mismo dilema que antes, algo tengo que hacer, pero no sé el qué. Así que sin perder más tiempo decidí coger el trabajo con ONCE porque necesitaba hacer algo, lo que sea, pero algo, aunque no sea el trabajo de mis sueños, pero era algo que me hacía sentir útil con la vida, no sensación de perder el tiempo, al menos cotizaba y ganaba dinero.

Y llegamos hasta la actualidad (Marzo 2023) con el mismo trabajo en ONCE y con los problemas totalmente inversos. Como reza el título de esta entrada, siempre en movimiento. Ya no tengo los problemas mencionados anteriormente, ahora los problemas son de querer hacer muchas cosas, y la vida no da para todo, incluso si volviera a tener el mismo tiempo libre de antes. Cada vez menos tiempo libre y más cosas me surgen y más cosas quiero hacer, lo que como ya he dicho, a veces me dan pequeños ataques de ansiedad. Sin embargo, estoy mucho más contento ahora, por supuesto. No estoy con esa depresión, tengo proyectos de futuro y en general estoy contento (pero me preocupa la situación actual del mundo).

Por lo que tras esta experiencia, digo que hay que hacer algo, me da igual el que, pero haz algo, ten la mente y el cuerpo ocupados y enfocados en algo, la vida no está hecha para estar quietos, somos nómadas por naturaleza.
Un consejo es que al finalizar el año o al empezar el año penséis qué os gustaría hacer en ese año que termina/empieza, una herramienta puede ser hacer un análisis DAFO, e ir a tope a por ello.

Te agradecería cualquier comentario abajo en la cajita de comentarios, alguna experiencia personal o cercana, tu opinión sobre la entrada, o lo que te apetezca. Espero que te haya hecho reflexionar y adelanto que en este año iniciaré otro proyecto que también se publicará por este blog.

Gracias, y os deseo pronta feliz entrada de primavera.
PD: todos los años tienen un aprendizaje, aunque no te lo parezcan.

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